El efecto mariposa es ese pequeño
cambio que puede generar en consecuencia un cambio enorme. A pesar de ser un concepto complejo que
forma parte de la teoría del caos, para muchas personas es una filosofía e
incluso se puede aplicar a muchos campos de la vida.
Para
empezar, el “efecto mariposa” recibe este nombre a partir de la idea del
meteorólogo Edward Lorenz, quien plantea la
idea de que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema, la más
mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas
completamente diferentes. Observó que pequeñas diferencias en
los datos de partida, algo aparentemente tan simple como utilizar 3 ó 6
decimales, llevaban a grandes diferencias en las predicciones del modelo. De
tal forma que cualquier pequeña perturbación, o error, en las condiciones
iniciales del sistema puede tener una gran influencia sobre el resultado final.
Es decir, cambios minúsculos que conducen a resultados
totalmente divergentes.
Por otro lado, esta idea puede
aplicarse en la psicología. Las cosas que hagamos hoy influirán en nuestro
futuro, es decir, con pequeñas acciones podemos cambiar muchas cosas
que no nos gustan de nuestra vida o simplemente que en lugar de culpabilizarnos
por los errores que todos cometemos, podemos darle una solución introduciendo
pequeños cambios.
El nombre que se da a este
concepto proviene de un proverbio chino que dice: “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro
lado del mundo”
Además,
son muchas las películas que han utilizado
como argumento este fenómeno. Entre ellas se encuentran El efecto mariposa (2004)
y Babel (2007).
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