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miércoles, 27 de enero de 2016

El séptimo sello

El tema fundamental de la película lo representa Antonius Block, el caballero, y su búsqueda de conocimiento.¿Por qué la búsqueda del conocimiento? Sobre todo porque existe el problema de la muerte, y por lo tanto el problema del sentido de la vida o existencia. Como dice Antonius Block, nadie puede vivir mirando a la muerte sabiendo que camina hacia la nada.

Lo que representa la muerte ya aparece en la primera escena con la imagen onírica del águila. Mientras que el resto olvida que morirá, Block lo tiene presente y le sirve como acicate. Por eso él es el único que puede ver a la muerte encarnada a lo largo de la película, con la excepción del artista, que podrá verla jugando al ajedrez con el caballero al final de la película, pero el artista no puede enfrentarse a la muerte como el caballero, y sólo puede alertar a su familia y huir. De la misma manera a Bergman le obsesionaba tanto la idea de la muerte que no pasaba un sólo día sin pensar en ella.

Block no vive en el mundo ordinario porque necesita encontrar un sentido a la existencia. “Mi corazón está vacío. El vacío es como un espejo puesto delante de mi rostro. Me veo a mí mismo y, al contemplarlo, siento un profundo desprecio de mi ser”.Y este viaje al mundo del conocimiento también lo ha separado de sus semejantes.“Por mi indiferencia hacia los hombres y hacia las cosas me he alejado de la sociedad en que viví.”, “Ahora habito un mundo de fantasmas, prisionero de fantasías”. Hasta que no se alcanzan los deseos éstos no son más que fantasmas que vagan a nuestro alrededor para atormentarnos, para recordarnos que no somos unos seres completos.
Además del problema de la muerte ligado al problema del conocimiento está la idea de Dios que vive dentro del caballero para atormentarlo y humillarlo, recordándole su condición de perdido fuera del paraíso. ¿Qué idea puede ser más persistente en el pensamiento que la de Dios?. Bien sea el Demiurgo, el motor aristotélico, el Dios cristiano,etc… La idea está inherente en nosotros y sólo podemos olvidarnos de ella torciendo la cabeza, pero si abrimos los ojos siempre está ahí.


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