Ilse Koch no fue una mujer conocida por su crueldad, no tenía ningún cargo, era la mujer de un comandante, llamado Karl Koch, de un campo de concentración en Buchenwald en el que siendo la mujer de un comandante podía hacer prácticamente lo que ella quisiera con los prisioneros. Por supuesto, lo hizo, se divertía matando y torturando por placer pero llegó a ser más famosa por hacer distintos artilugios con piel humana ( con la piel de los prisioneros que asesinaba) y fue apodada con los nombres de "La bruja de Buchenwald" o la "perra de Buchenwald"
Finalmente Ilse fue condenada a cadena perpetua y antes de ahorcarse en la celda a la edad de 60 años escribió una carta diciendo que no se arrepentía de nada de lo que había echo.
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