Desde su origen, la
Filosofía ha sido considerada el saber por excelencia, la profundidad del
conocimiento. No estaban equivocados quienes así pensaban. Realizar las
preguntas adecuadas es el camino que sigue hoy la investigación y la hipótesis
de la ciencia. No hay conocimiento sin curiosidad y no hay investigadores sin
inquietudes.
Sin embargo hoy, la utilidad
del conocimiento se ha convertido en la venta de la ciencia, buscando el mejor
precio de cada avance científico. En este contexto, un saber que no obtenga
beneficios de mercado no tendrá la consideración de útil.
Llegado a este punto la
siguiente pregunta sería ¿es necesaria hoy la Filosofía? ¿Es útil?
En nuestra sociedad actual
dicen que todo aquello que no tiene precio es porque no tiene valor. El precio
se ha convertido en la guía de todo en la actualidad. Hemos olvidado lo que
otros antes que nosotros ya habían descubierto, y es que sólo el necio confunde
valor y precio. No pagamos por respirar. El aire que utilizamos es gratis pero
es imprescindible para vivir. Por lo tanto, para la vida humana no es sólo
necesario, es imprescindible.
Si el aire es imprescindible
para la vida, por qué lo contaminamos hasta hacer atmósferas irrespirables.
¿Sólo porque no tiene precio?
¿Por qué confundimos medios
y fines? Construimos carreteras sin valorar entornos naturales. Organizamos
producciones sin reparar en el coste de ríos o mares. El agua se utiliza sin
restricción, sin comprender el valor de su existencia para la vida del Planeta.
El agua no se produce, se extrae, y es un bien finito.
Cuando alguien pregunte para
qué sirve la Filosofía habrá que indicarle que es la brújula que guía nuestro
comportamiento como humanos dentro de un mundo que no nos pertenece, sino al
que pertenecemos. De esta forma conseguiremos hacernos las preguntas adecuadas
a fin de no confundir durante nuestra existencia valor y precio, medios y fines,
y sabremos distinguir lo necesario de lo imprescindible.
Por todo ello, deberíamos empezar
a considerar la Filosofía como la rama más Humana del saber.